2011, de Lagos a Benín.

Hola a todos! Hacía demasiado que no escribía, perdonad, no hay excusas, así que hablemos de 2011 y de las cosas que han ido pasando!

La vuelta a Lagos no se hizo tan dura como me la pintaron y según avanzaron los días la carga de trabajo fue aumentando hasta llegar el final de mes, cuando 30 empresarios se vinieron desde Tarragona de misión comercial y tuvimos mucho más lío de lo normal. 

Ya en febrero, hemos empezado el mes de la mejor manera posible: ¡viajando! Por temas de trabajo, nos fuimos a Benín y aprovechando que ya estábamos allí, nos quedamos también el fin de semana. 

Mirando los datos, Benín suena mucho peor que Nigeria. País más pequeño, mucho más pobre tanto en términos absolutos como per capita y sin embargo....Benín es mucho mejor que Nigeria. Será más pobre, pero se vive mejor. Más limpio, más barato, mucho más seguro, gente más simpática, mejor comida e incluso mejores infraestructuras. Mi jefe me dijo, que teníamos algo así como el "sindrome de Lagos" que básicamente quiere decir, que cuando uno viene desde Lagos, cualquier sitio al que vaya le parece maravilloso...algo de razón tenía...pero sólo un poco!

Estuvimos hospedados en Cotonou que es la ciudad más importante de Benín, donde lo primero que me encontré al salir del hotel fue este cartel (si alguno vivis o habéis vivido en Madrid, entenderéis perfectamente que incluya esta foto) 

Cotonou no es muy bonito, pero tiene su encanto y además se puede pasear por la calle. Os enseño la catedral que tienen, porque, la verdad, es que es bastante curiosa.

Fueron unos días distintos, de los que destacaría una excursión que hicimos y que nos llevó a una aldea perdida de áfrica a la que sólo se podía acceder en cayuco, donde, por la forma en la que nos miraban (más de uno dijo que nos querían meter en el puchero), se notaba que hacía mucho que no pasaba un blanco. Yo diría que la primera toma de contacto con el África profunda, fue increible,muy gratificante y yo creo que inolvidable.

Uno de los momentos más curiosos, por la personalidad de los personajes y del remoto lugar, fue cuando en la primera terraza beninesa que pisamos, nos encontramos a un navarro que tras años llevando un bar, decidió jubilarse y recorrerse el mundo entero en un overlander acompañado por un amigo. Por supuesto, el camión tenía todos los accesorios que puede incluir un vehículo de este tipo y otros más, que desde luego, le dan a la aventura de cruzar África un toque...más cómico.

Volveremos a Benín? Seguro!, porque aunque se pierden 3 horas cruzando la frontera, teniendo que aguantar que te exijan sobornos hasta 6 veces, lo que hay al otro lado de la valla, sin duda, merece la pena.

Un abrazo muy fuerte!