domingo, 28 de noviembre de 2010

Esto sigue siendo África

Los que juegan al golf dicen que una de las grandezas de ese deporte es que cuando crees que tienes el golpeo controlado, la bola va, cae al bunker y te pone de nuevo en tu sitio, dejando constancia  de que eres un novato y que todavía te queda mucho por aprender.

Con África pasa un poco lo mismo, cuando crees que le tienes tomada la medida, que ya lo tienes todo controlado y que para un expatriado todo es de color de rosas en Lagos, hay algo que aparece para bajarte de esa nube en la que vivías y decirte un “Chaval, que esto no es el paraíso, esto…esto es África!!” Y así es, estos días, la realidad ha decidido visitarme y a través de la dirección rota de mi coche me ha recordado que no todo puede ser perfecto siempre, y mucho menos en África.

Ya me parecía un tanto extraño que tanto bache, socavón y carretera sin asfaltar no hicieran mella en el coche, y la aclaración no ha tardado en aparecer, en forma de amortiguadores, dirección y suspensiones. Es aquí donde el hecho de tener una matrícula roja no resulta tan beneficioso como en otras situaciones. En esta ocasión la palabra “diplomático” es sinónimo de dinero (error), lo cual hace que algunos presupuestos que nos dan por arreglar el coche tripliquen a otros. Pero bueno, ya hemos encontrado quién nos lo arregle así que: problema solucionado.

Y la otra cosa que me recordó que esto sigue siendo África, sucedió el otro día. A media hora de empezar el Real Madrid- Athletic de Bilbao cayó un tormentón  Made in Nigeria que provocó que las líneas de teléfono se cortaran, las antenas parabólicas se bloquearan y que, por supuesto, mi digital plus nigeriano se quedará sin señal y yo me quedara sin partido. Aunque, visto el desenlace, no hay mal que por bien no venga.

¡pero bueno...que todos los problemas sean esos!

Por otro lado, estas dos semanas, han sido semanas de muchísimo trabajo: la primera, de trabajo de oficina, llamadas, miles de emails y alguna visita para cerrar una agenda de entrevistas de una asociación que iba a hacer prospección en Nigeria. La segunda semana, acompañar a la representante de la asociación (de exportadores de muebles) a las reuniones programadas. La experiencia ha sido interesantísima, se aprende mucho tanto de lo que pregunta el español como de lo que responde el nigeriano y, cómo no, se conoce a gente muy curiosa.

En una de las últimas entrevistas, el empresario al que visitamos, me dijo al entrar en su despacho “¡oye yo a ti te conozco, nos hemos visto antes!” (a mí no me sonaba de nada, la verdad) Y  fue al rato, cuando nos enseñó las fotos de otro de sus negocios (aquí los que hacen negocios se dedican a varias cosas, es algo normal) que era un bar de copas en lo alto de un edificio, en el que yo, casualmente, había estado. A partir de ese momento, los muebles pasaron a un segundo lugar y se pasó lo que quedaba de entrevista hablando de su bar, de sus menús, las fiestas que organizaban y de que por eso, yo le sonaba… ¿conclusión? Nos acabó invitando a la fiesta de aniversario del lugar (a la que, por supuesto, pienso ir…que eso también es África!)

Me despido por hoy, disculpándome por la tardanza en escribir de estos últimos días y con la buena noticia de que la embajada ya me ha devuelto el pasaporte (estaban tramitándome la residencia y no veíamos el día de recuperarlo), por lo que en Navidad podremos vernos las caras por España los que estéis disponibles. 

Cuidaos mucho y sed felices. Un abrazo!

domingo, 14 de noviembre de 2010

El mundo no es tan grande

Todos, alguna vez en la vida, hemos vivido situaciones extrañas, sorprendentes y en algunos casos surrealistas. Personalmente creo que las posibilidades de vivir esta serie de experiencias son mayores en unos lugares que en otros. Nigeria es un lugar que por lo peculiar de sus gentes y de su sistema, es más proclive a generar este tipo de situaciones. Así, por ejemplo, el otro día contemplé cómo dos cabras viajaban en el maletero de un coche de policía (un pickup, claro) pero bueno no es esta la historia de la que os quería hablar.
El jueves viví una de esas situaciones que bien por estar en África o bien por lo surrealista del momento, me hicieron volver a la oficina absolutamente alucinado y convencido de que, a veces, el mundo es más pequeño de lo que pensamos.
La próxima semana viene una empresa de muebles a Lagos y quiere entrevistarse con distribuidores locales así como con posibles clientes que puedan realizar grandes pedidos (hoteles, restaurantes…) así que me pasé la mañana del jueves recorriéndome Lagos subido en un coche visitando sedes de empresas y hoteles.
Una de las visitas fue a un pequeño hotel, que no pertenecía a ninguna cadena internacional y que era propiedad de un empresario nigeriano que en chanclas y pantalones cortos tuvo el detalle de recibirme sin cita previa. Después de concertar la fecha en la que recibiría al empresario español se empeñó en invitarme a desayunar en el hotel, pero yo, que tenía bastante lío le dije que no, que tenía que irme. Insistió tanto en que me tomará algo que al final, por aquello de quedar bien, me tomé un café (si llego a ver el buffet antes, probablemente, hubiese dicho que sí a la invitación de desayunar). Nos sentamos a tomar el café y más o menos la sorprendente conversación que tuvimos fue la siguiente:
Yo- Pues tiene usted un hotel muy bonito, además se ve todo muy moderno y nuevo.
Nigeriano- Sí! Es que el hotel lo abrí hace apenas dos años, de hecho fue mi mentor quien me convenció para abrirlo.
Y- Perdón?
N- Sí, sí, mi mentor que además es español.
Y-  Tiene usted un mentor? Un mentor español?
N-  Todo lo que sé de negocios y hoteles me lo ha enseñado don José María, que lleva siendo mi mentor desde hace muchos años
Y- ¿Don José María?
N- Claro! Don José María Ruiz-Mateos!
Y- (te pego leeeche!!!)¿¿¿¿Don José María Ruiz Mateos????
N- Sí claro! Don José María y yo nos conocemos desde hace  más de veinte años, de hecho, yo soy el orgulloso distribuidor en exclusiva del ponche Garvey y el licor Espléndido en Nigeria.
A partir de ese momento...apenas pude hablar, allí estaba yo sentado, con un nigeriano en pantalones cortos que resultó ser el socio en Nigeria de los Ruiz Mateos! Para demostrarme que no era un farol (mi cara, por entonces, debía de ser todo un poema), me llevó a su despacho para enseñarme todo el papeleo y los certificados de bodegas Garvey. Terminó por matarme el momento en el que me enseñó, muy orgulloso, una foto enmarcada en la que SÍ: aparecía el nigeriano de las chancletas abrazado a ese hombre que un día entró en la Audiencia Nacional vestido de Superman.
Ver para creer, un abrazo!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El "concesionario"

Cada día cuando voy de camino a la oficina paso por lo que sería el “paseo marítimo de Lagos” y justo en primera línea de playa hay una fila de coches de lujo aparcados.


El primer día no te fijas, el segundo, te fijas en algún coche en concreto y según van avanzando los días compruebas que a pesar de que no hay ni un solo cartel, esa fila de coche es un concesionario, y el puesto casi sin techo que está en la esquina, es la oficina donde los venden.


Entonces uno se plantea…si son coches tan buenos, algunos incluso nuevos, cómo es posible que los vendan al aire libre, en mitad de la calle, donde no hay ningún cartel y la oficina es una mera caseta?? Efectivamente, esos coches son robados. Si en los últimos meses a alguno os ha desaparecido el coche, es muy posible que ahora pueda estar en Lagos...aparcado en primera línea de playa a la espera de que otro europeo pague una auténtica fortuna por él. Así funciona Lagos: lujo, pobreza, corrupción y caos son palabras que siempre acompañan cualquier definición que de Lagos se dé.


Esta es una matrícula normal de Nigeria. A mí también me sale una sonrisa cuando leo  “Lagos, Centre of Excellence”, al contrario que lo que sucedía en el párrafo anterior…se me hace rarísimo leer las palabras Lagos y excelencia juntas. La otra matrícula es la de mi coche, que aunque parezca una chorrada, hace que nuestra vida aquí sea mucho más fácil de lo que podría ser con una matrícula nigeriana normal y ahora os explicaré por qué.




Por la noche, los mayores ladrones, maleantes, sinvergüenzas y mafiosos de Lagos, es decir, la polcia, se dedican a montar controles en las calles y rotondas. A diferencia de los de Madrid, estos polcías no te paran para que soples, sino que en un alarde de originalidad, te cortan el paso y te sueltan un “Alégrame el día” y si no pagas…no pasas. Afortunadamente, existen límites incluso para la polcia, y es que tienen prohibido parar a coches con matrícula roja, por lo tenemos la suerte de librarnos de esos problemillas.


Por otro lado, la vida por aquí sigue fenomenal, muy intensa estos días con el tema de la misión pero genial,  está siendo muy productiva, además, las cosas son más faciles cuando se trabaja en algo que uno disfruta. Esta semana ha venido también el becario informático para actualizar los sistemas, programas y ordenadores de la oficina, en definitiva, para hacernos la vida más fácil, dicho esto, a las 12 horas de llegar ya me había roto la ducha de casa, así que temo lo que pueda pasarles a los ordenadores  en los próximos días.
Que paséis una buena semana todos y seáis felices! Un abrazo!!


martes, 2 de noviembre de 2010

La primera visita

Esta última semana, hemos tenido muchísimo trabajo, por momentos ha sido hasta agobiante, aunque claro, si a cualquiera de mis amigos en Madrid que trabajan como auditores, abogados o en banca le dices que en mi semana más dura aquí he salido del trabajo antes de comer, es posible que se echen a reír...o a llorar. Lo que pasa es que la próxima semana viene una misión comercial y hay que dejar preparadas muchas agendas y notas, por lo que la carga de trabajo estos días está siendo mayor, pero como os decía, no me puedo quejar, el trabajo tiene momentos entretenidísimos, estamos aprendiendo muchísimo y cada día que pasa tenemos más soltura en lo que hacemos.

Además, este fin de semana hemos recibido al primer visitante a Lagos. ¿Quién? Luismi. Luismi fue becario en Lagos hace dos años, y ahora trabaja como analista de mercados en la Oficina de Accra, en Ghana. Ha sido un grandísimo fin de semana, para él y para nosotros. Para él ha sido genial volver a Lagos y ver que los que eran sus amigos aquí ahora son los nuestros, la que era su casa ahora es la nuestra e incluso el que ahora es mi coche, en su momento fue el suyo! De alguna manera, nosotros estamos viviendo la vida que él llevaba: mismo trabajo, mismo jefe, mismos planes, misma gente...me recordó mucho a mí cuando fui en Semana Santa a ver a Javi a Dublín: mi misma residencia, mi misma universidad,  los mismos pubs, los mismos viajes...es una sensación de.."este tío está viviendo la que era mi vida".



Para nosotros tenerle aquí también ha sido genial, hablo por mi parte pero creo que Iker piensa igual que yo. Nos ha enseñado muchísimos sitios de la ciudad, mercados, bares, nos ha presentado a gente y nos llevó a una reserva natural en las afueras de Lagos. Hemos descubierto otra parte de Lagos y hemos podido comprobar que todavía hay muchas más cosa que hacer y que ver por aquí. Se vino con una de sus becarias y otra amiga, y por supuesto nos estuvieron vendiendo las maravillas de Ghana, que al parecer es mucho más tranquilo que Lagos, que se puede ir a pie a los sitios y que es más barato.


Dicho ésto, la juerga que tiene Lagos no se puede comparar con ningún otro lugar de África. De hecho el otro día un no nigeriano me comentó que Lagos está entre las 10 ciudades donde más champagne se consume del mundo, mi fuente era un cocinero chileno que perfectamente pasaría por bilbaino así que esta información... hay que cogerla "con alfileres". Lo que sí que es cierto es que esta ciudad tiene muchísima vida, tanto por el día como por la noche, por ejemplo, el otro día estuvimos en una discoteca que estaba en la terraza de un rascacielos, las vistas eran impresionantes y si no fuera porque era uno de los 5 no negros del bar, podría parecer perfectamente una discoteca europea. Sí hace un año me cuentan todo esto...no me lo hubiese creído.

Aun así, he agradecido haber podido salir del centro de la ciudad para aparcar por unas horas la locura de esa megalópolis que es Lagos, para pasar un rato de tranquilidad como el que tuvimos en la reserva natural de Chevron. Y bueno, por aquí todo fenomenal, cada día tenemos más planes y tengo la sensación de que el tiempo pasa cada vez más rápido (buenísima señal). Por cierto, he visto unas telas muy coloristas en un mercado y para antes de Navidad pienso encargarme un traje Yoruba con ellas, no os preocupéis que seréis los primeros en verlo. Por el momento os dejo unas fotos de la reserva natural en la que estuvimos y de las impresionantes vistas del último piso del Eko Hotel de Lagos. Un abrazo a todos!!