domingo, 14 de noviembre de 2010

El mundo no es tan grande

Todos, alguna vez en la vida, hemos vivido situaciones extrañas, sorprendentes y en algunos casos surrealistas. Personalmente creo que las posibilidades de vivir esta serie de experiencias son mayores en unos lugares que en otros. Nigeria es un lugar que por lo peculiar de sus gentes y de su sistema, es más proclive a generar este tipo de situaciones. Así, por ejemplo, el otro día contemplé cómo dos cabras viajaban en el maletero de un coche de policía (un pickup, claro) pero bueno no es esta la historia de la que os quería hablar.
El jueves viví una de esas situaciones que bien por estar en África o bien por lo surrealista del momento, me hicieron volver a la oficina absolutamente alucinado y convencido de que, a veces, el mundo es más pequeño de lo que pensamos.
La próxima semana viene una empresa de muebles a Lagos y quiere entrevistarse con distribuidores locales así como con posibles clientes que puedan realizar grandes pedidos (hoteles, restaurantes…) así que me pasé la mañana del jueves recorriéndome Lagos subido en un coche visitando sedes de empresas y hoteles.
Una de las visitas fue a un pequeño hotel, que no pertenecía a ninguna cadena internacional y que era propiedad de un empresario nigeriano que en chanclas y pantalones cortos tuvo el detalle de recibirme sin cita previa. Después de concertar la fecha en la que recibiría al empresario español se empeñó en invitarme a desayunar en el hotel, pero yo, que tenía bastante lío le dije que no, que tenía que irme. Insistió tanto en que me tomará algo que al final, por aquello de quedar bien, me tomé un café (si llego a ver el buffet antes, probablemente, hubiese dicho que sí a la invitación de desayunar). Nos sentamos a tomar el café y más o menos la sorprendente conversación que tuvimos fue la siguiente:
Yo- Pues tiene usted un hotel muy bonito, además se ve todo muy moderno y nuevo.
Nigeriano- Sí! Es que el hotel lo abrí hace apenas dos años, de hecho fue mi mentor quien me convenció para abrirlo.
Y- Perdón?
N- Sí, sí, mi mentor que además es español.
Y-  Tiene usted un mentor? Un mentor español?
N-  Todo lo que sé de negocios y hoteles me lo ha enseñado don José María, que lleva siendo mi mentor desde hace muchos años
Y- ¿Don José María?
N- Claro! Don José María Ruiz-Mateos!
Y- (te pego leeeche!!!)¿¿¿¿Don José María Ruiz Mateos????
N- Sí claro! Don José María y yo nos conocemos desde hace  más de veinte años, de hecho, yo soy el orgulloso distribuidor en exclusiva del ponche Garvey y el licor Espléndido en Nigeria.
A partir de ese momento...apenas pude hablar, allí estaba yo sentado, con un nigeriano en pantalones cortos que resultó ser el socio en Nigeria de los Ruiz Mateos! Para demostrarme que no era un farol (mi cara, por entonces, debía de ser todo un poema), me llevó a su despacho para enseñarme todo el papeleo y los certificados de bodegas Garvey. Terminó por matarme el momento en el que me enseñó, muy orgulloso, una foto enmarcada en la que SÍ: aparecía el nigeriano de las chancletas abrazado a ese hombre que un día entró en la Audiencia Nacional vestido de Superman.
Ver para creer, un abrazo!

2 comentarios:

  1. Este Ruiz Mateos siempre han sido unos genio de los negocios,jeje, y muy a pesar de que el tan odiado ministro de Hacienda, Boyer, intentara dejarlo arruinado.
    Me puedo imaginar perfectamente tu cara al ver el buffet,jeje, totalmente ojiplático! Supongo que parecida a alguna puesta en tierras otomanas.

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